sábado, 22 de octubre de 2016

No dueles tú, soy yo

Silencio, el daño está hecho, yo y mi corazón magullado solo queremos descansar
No expliques, no preguntes, no pidas oportunidades.
No quiero pensar más
En tu rostro se dibuja el dolor, el miedo por perderme
Y la pena intenta adueñarse de mis actos
Pero porqué apiadarme de la mano que sin temblar un segundo me clavo un puñal?
Silencio, márchate
Cuál depredador salvaje que liquida a su presa la devora y se marcha sin mirar atrás
Deja que el viento se lleve los restos de lo que un día fuimos, lo que creí que éramos
Tu traición es solo parte de la herida
Tú entraste en mi mente, removiendo mis ideas para dejar sólo culpa ante mis sospechas
Ante mis preguntas la palabra "loca" resonaba en cada respuesta, llegué a creer que lo estaba
Algo en mi quiso creer, algo en mi prefirió confiar en ese amor que me jurabas
Cómo sucede, cómo una persona ignora el puñal clavado en su espalda para no herir a su agresor?
Cuándo fue que dejé de creer en mis ideas para no ser la loca que cortaba tus alas?
Silencio, no quiero oír tu voz.
No pidas perdón ahora que mis ojos son testigos, ahora que no tienes excusas ni maneras culpar mi incredulidad hacia ti
Márchate, no lloro por ti, no dueles, no pidas perdón.
No eres tú el motivo de mi agonía, es el orgullo recordándome que mi mayor herida la hice yo.