lunes, 20 de marzo de 2017

20.03

Me diste todo el amor que podías y más...
Tu paciencia, tus silencios, tus consejos son una huella imborrable en mi.

Recuerdo cuando era pequeña y algún problema me atormentaba, a veces era importante y otras solo tonterías de adolescentes; siempre lo recuerdo. Tú intuición nunca fallaba y ahí te encontraba siempre, sentada en mi cama con esa mirada que parecía decir: "tranquila, aquí estoy" nuestras miradas se encontraban y yo exponía mi debilidad. Nunca pusiste tu angustia por delante de la mía, guardabas silencio y acompañabas mis lágrimas con tus caricias escondiendo las tuyas y pacientemente esperabas que empiece a hablar.
Uno de mis mejores recuerdos...

Recuerdo tantas cosas, siempre hemos tenido esa conexión tan especial. Tanto que el miedo me embarga cuando me faltas, porque sin ti no sé vivir...
Me enseñaste todo, me hiciste fuerte.

Aquella feria...Juntas riendo de cosas que otros no entenderían, nunca lo olvidaré.
En las buenas y malas siempre juntas con una sonrisa.
Bruselas, dispuesta a todo... Siempre tan valiente, te he visto llorar pero nunca te he visto ser débil.
Sólo nosotras sabemos todo lo que hemos vivido y sentido en la montaña rusa de nuestras vidas. Yo me siento agradecida de haberlo vivido junto a ti.

Curaste siempre mis heridas.
Caí , me equivoqué, muchas veces sentí que no te merecía y tú seguiste ahí. Contra todo, enseñándome lo que es el verdadero amor...

Mi Reina, mi vida, mi fuerza y mi debilidad...No me alcanzará la vida para agradecerte por haberme dado toda una vida de lecciones hermosas y amor, pero lo intentaré hasta que mis fuerzas se agoten. Sólo sonríe, sólo eso te pido preciosa, porque en tu sonrisa está la razón de mi vida...

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