Gigante de la sonrisa de niño, te busqué por tanto tiempo y por fin a tu lado volví a soñar
Busco en tus ojos una pista,
una señal que me diga que vale la pena seguir aquí por ti
Entonces tus labios escupen un dardo frío y punzante que congela mi cuerpo.
Y vuelves a sonreír...
Cómo si nada pasara, como si no vieras la herida que has abierto una vez más en mi corazón.
Tus ojos me buscan, tú sigues contándome tus batallas ganadas
Yo como buena acompañante evado mi dolor y sonrío para ti
Te veo hablar y reír, pero no te oigo; en lo profundo de mis ideas me pregunto si estás tan sumido en tus historias que no me ves sangrar.
En qué punto del camino dejaste de conocerme, de percibir mi pesar.
En qué parte de nuestra historia dejé de ser tu prioridad.
Bailo para ti como una campanilla girando al rededor tuyo, busco tu sonrisa aquella que alimenta un poco mi vida
Cual gitana danzo, me elevo, giro.
Con cada movimiento mi corazón lentamente agoniza.
No ves el rojo rastro de mis heridas, te distrae mi sonrisa.
El baile más doloroso, el último de una gitana que por verte sonreír danza en agonía.
Oigo tu respiración y solo siento el amargo sabor de tus palabras.
Acabó la música, tú duermes, el silencio me aturde; mañana será otro día...
Por eso escribo; pues quizás alguna vez, después de mucho leerme, lo llegues a comprender.
lunes, 17 de abril de 2017
De nuevo tú
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario