Y un día sin más nos dejamos,
Sin planearlo pero sin frenarlo.
Nadie tuvo la culpa y sin embargo que responsables fuimos de ello.
Dejamos de intentarlo y decidimos rendirnos.
Pasamos de serlo todo a ser solo un recuerdo
Y dimos paso al orgullo sin oponer resistencia alguna.
Nadie quiso cargar las culpas y eso nos hizo más culpables,
Por guardar silencio, por no oír a tiempo,
por dejar pasar cada aviso, cada oportunidad sin ver lo valiosa que era.
Cerramos los ojos a lo evidente y preferimos dejarnos conducir por la rabia.
Reprimimos las lágrimas y dimos paso a la frialdad más absurda y dolorosa para ambos.
Perpetuamos el silencio y rompimos toda promesa de un tiempo mejor.
Dejamos al tiempo la decisión más importante en nuestras vidas y esquivamos toda responsabilidad sobre el dolor del otro.
Y así, con todo el amor del mundo oculto en nuestros corazones, un día sin más nos dejamos.