sábado, 2 de febrero de 2019

Lecciones paralelas

Nos prometimos el primer beso del día, el primer saludo al despertar.
Nos prometimos un "te amo" en total exclusividad y cuidar los sueños del otro cada noche.

Nos prometimos tanto que mis ojos se empañan mientras me pierdo en los recuerdos.
Sin embargo la vida pasa y aquellos miedos míos, para ti injustificados, comenzaron a tomar forma.

El silencio empezó  a acompañar mis noches y el frío  a congelar mi corazón, mientras tú  te indignabas ante mi frialdad.
La impotencia me hizo muchas veces víctima y culpable de los dramas más absurdos de nuestra relación.

Y poco a poco simplemente aprendí a soltarte e hice de esos miedos un manual de supervivencia.

Encontré en mis heridas las respuestas e hice de tu ausencia una lección grabada a fuego en mi alma.
Dejé  de buscar resolverlo e intentar que me entiendas; que lo salvemos.

Aprendí a curar mis heridas y dejé de llorar esperando tu auxilio.
Di pasos, tomé decisiones, solté ataduras y recogí recuerdos.
Cumplí mis promesas y dejé limpia mi conciencia.

Todo ello mientras tú creías haber logrado convertirme en un ente invisible a ratos e incondicional en otros, adaptada  siempre a tus necesidades.

Tú desarrollaste hábiles excusas para justificar poco a poco tu olvido.
Yo encontré en tu abandono el tiempo para reconstruirme y acostumbrarme a vivir sin ti.
Cada uno perdió y se llevó lo mejor que pudo, a su manera.

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