Silencio, el daño está hecho, yo y mi corazón magullado solo queremos descansar
No expliques, no preguntes, no pidas oportunidades.
No quiero pensar más
En tu rostro se dibuja el dolor, el miedo por perderme
Y la pena intenta adueñarse de mis actos
Pero porqué apiadarme de la mano que sin temblar un segundo me clavo un puñal?
Silencio, márchate
Cuál depredador salvaje que liquida a su presa la devora y se marcha sin mirar atrás
Deja que el viento se lleve los restos de lo que un día fuimos, lo que creí que éramos
Tu traición es solo parte de la herida
Tú entraste en mi mente, removiendo mis ideas para dejar sólo culpa ante mis sospechas
Ante mis preguntas la palabra "loca" resonaba en cada respuesta, llegué a creer que lo estaba
Algo en mi quiso creer, algo en mi prefirió confiar en ese amor que me jurabas
Cómo sucede, cómo una persona ignora el puñal clavado en su espalda para no herir a su agresor?
Cuándo fue que dejé de creer en mis ideas para no ser la loca que cortaba tus alas?
Silencio, no quiero oír tu voz.
No pidas perdón ahora que mis ojos son testigos, ahora que no tienes excusas ni maneras culpar mi incredulidad hacia ti
Márchate, no lloro por ti, no dueles, no pidas perdón.
No eres tú el motivo de mi agonía, es el orgullo recordándome que mi mayor herida la hice yo.
Por eso escribo; pues quizás alguna vez, después de mucho leerme, lo llegues a comprender.
sábado, 22 de octubre de 2016
No dueles tú, soy yo
jueves, 4 de agosto de 2016
Pequeña mariposa
Tú eres ese eco en mis oídos que resuena cuando quiero tenerte conmigo.
Cuando extraño tu sonrisa, que tan de vez en cuando me regalas. Yo intento grabarla en mi memoria para poder disfrutarla un poco más.
Eres el silencio en mis oraciones que grita rogando un susurro de tu voz
Eres ese suspiro antes de que mi alma se desbarate y mi cuerpo caiga rendido sin poder soportar tu ausencia
Eres todo y nada, estas conmigo y haces daño, te vas y me inunda el dolor.
No puedo, no puedo sin ti.
Mariposa de alas coloridas que revolotea con alegría sembrando en mi una ilusión
Voladora que en cada suave aleteo me ahogas con ese veneno que sólo tú puedes dar.
Pequeña frágil que muchas veces quisiera retener a mi lado y abrazar, sólo guardar silencio y olvidar.
Sin embargo eres tú quien vuela lejos dejándome frágil en mi angustia por echar el tiempo atrás.
Dame aire pequeña, sólo tú sabes cómo herirme, dame tiempo, ten paciencia; siempre serás mi mitad, la clave de mi existencia; sólo déjame recobrar mis fuerzas.
Siempre fuiste tú, siempre serás tú... Sólo tú...
miércoles, 13 de julio de 2016
Te vas
Dueles como el frío hielo congelando mi cabeza
Como una puñalada en el alma, dueles
Eres dulce como un algodón de azúcar
y amarga como la hiel cuando me acerco
Ciertamente siento envidia de aquellos que disfrutan tu amabilidad
No sé cómo lo hacen.
Muchas veces los odio en silencio por despertar tu lado más oscuro
que llega a mi como el veneno más cruel.
He de reconocer que temo tus dudas, tu rencor, tu dolor, tu silencio
Porque tu defensa significará mi agonía
He de reconocer también que mi efusividad se ve limitada por lo impredecible de tus emociones.
Y te marchas
Y yo te dejo ir
Quiero detenerte, lo intento
pero me congelo y mi cuerpo no responde
Intento llamarte pero mi voz se ahoga en lo más profundo de mi pecho.
Y te vas
Te vas y no hago nada
Y me juzgas por no hacerlo
Me juzgas, lo sé
Pero si te detengo me dueles.
Cómo puedo, pequeña mariposa, atarte a la infelicidad de mi amor?
Cuanto quisiera, intermitente estrella, entender tu dolor
Pero no puedo, cómo te explico que mis sentidos se desconectan cuando el miedo me embarga.
Sólo me quedo de pie en silencio y pido al cielo que vuelvas
Que por un momento le des tregua a mi debilidad
Que lo sepas, lo intenté no lo sabes pero lo intenté; lo juro
Sólo espero que lo veas
Que tu olvido traiga los buenos momentos y se lleve todo aquello que te daña
Que me recuerdes a tu lado en tus momentos sombríos.
Y sepas que tuve miedo, mucho miedo,
muchas veces no lo entendí siquiera
pero me mantuve a tu lado.
Porque aunque yo no comprenda tu rencor y tú no creas en mi amor
No habrá nadie, dulce fiera, que te ame como siempre lo haré yo.
jueves, 16 de junio de 2016
Tus huellas en mi piel
Como la arena que escapa de mis manos acariciaste mi vida solo por un momento, mi mejor momento, hoy el silencio es mi único refugio porque la culpa de tu partida aún no me deja vivir.
Creí que sería más fácil, pero en cada suspiro, en cada silencio, en mis sueños te siento en mí. Pensé realmente que el tiempo sepultaría el recuerdo de quien separe de mí, sin clemencia pero con dolor, parte de mi vida que nunca fue mía. ¿Cómo no se me ocurrió pensar que tu ausencia sería mi mayor tortura, recordándome cada día que no te elegí?
El tiempo ha pasado y la vida parece continuar con normalidad, sin embargo aún me persiguen recuerdos llenos de angustia seguidos de un profundo suspiro que ahogo con una sonrisa. De alguna manera te llevo aún conmigo.
Tú, pequeña luz en mi camino que apagué con resignación, me elevaste al cielo llenándome de ilusiones para lanzarme a tierra hundiéndo mi cuerpo en el lodo; una lenta agonía que me persigue día a día aunque la intente ocultar.